viernes, 16 de diciembre de 2016

"AUTOCONOCIMIENTO" por Sol Caraves


                Ayer estaba leyendo un libro de Pabla Pérez y de una pequeña afirmación se produjo un eco adentro mío que todavía no termina de concluir mientras escrito esta modesta reflexión. Básicamente decía que podemos curar intuitivamente nuestro cuerpo, sin la necesidad de otro legitimado por un sistema obsoleto y dañino como sería la medicina occidental, a través del autoconocimiento y la escucha de nuestras necesidades, puede sonar irresponsable, pero más allá del debate sobre acudir o no al médico, las pautas que te da son indicio claro de la evidencia de nuestra profunda desconexión y el desarraigo que sentimos con nosotrxs mismxs. Pabla hace un hermoso trabajo donde explica como ejecutar ejercicios de autoconocimiento o auto evaluación ginecológica ligando los malestares físicos con la alimentación, factores dañinos como los tratamientos hormonales y los desequilibrios físicos producidos por la historia que a través de la medicina seculariza los cuerpos, pero más allá de eso a lo que apunta es a generar una ruptura consciente con nuestras estructuras sociales internalizadas de la salud, reconectarnos con nuestro cuerpo, nuestro sentir y nuestras necesidades, sin miedo a experimentar y conocer los funcionamientos de nuestra corporalidad.
                El autoconocimiento es una herramienta indispensable para poder transitar de manera más saludable o menos desagradable este mundo que desde los orígenes de sus registros siempre parece venirse abajo, hoy parecemos siempre conectados a otras cosas, como nuestros teléfonos, con nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestro hobby, podemos saber lo que pasa al otro extremo del mundo en segundos y acceder prácticamente a conocimiento ilimitado, pero volcamos toda nuestra energía para suplir esas necesidades exteriores a nosotrxs, muy pocas veces retornamos a la reflexión introspectiva, nos han y nos hemos disociado de nuestras emociones, pensamos todo en términos racionales. Sentarse un minuto para preguntarse “esto cómo me hace sentir”, sin que la mente intente clasificar, lograr mirarnos sin juicios, ni autoritarismos es clave para poder establecer una comunicación fluida primero con unx, y después con nuestro entorno.  
                Ahora bien, otro punto sobre esta desconexión: es muy difícil tener una identidad cuando la velocidad y el cambio constante en todos los ámbitos asechan nuestra estabilidad continuamente (sí, estoy hablando de Bauman) y los engranajes de un sistema simbólico atentan con la construcción de nuestra autoestima, este sistema de consumo está diseñado para que nos sintamos incómodos y mal con nosotros mismxs y nos crea necesidades para que sustituyamos ese vacío con cosas o servicios, los parámetros con los que solemos medirnos son ficticios, inalcanzables y si no salimos de ese círculo de insatisfacción viviremos condenados a una vida de mediocridad y tormento. Llevamos encima de nuestros hombros mandatos sociales tan arraigados que no sabemos si son deseos auténticos o impuestos por nuestra cultura y es nuestra tarea reconocerlos, digerirlos, desintegrarlos o reformularlos, los epicúreos dirían ataraxia, examina tus deseos naturales o innecesarios, aquellos que te llevan al placer auténtico o al vano dolor del alma.  


                Las corrientes de pensamiento, antes de la modernidad y el racionalismo, solían conectar nuestro lado racional, nuestro lado espiritual y nuestra corporalidad, generalmente situando al hombre en armonía con un cosmos o con la naturaleza, yo al leer a sobre la Devoción Moderna me imagino un espiral que conecta todas las cosas que viven o permiten la vida, nosotros no somos el espiral, el espiral nos atraviesa y no tiene espacio, ni tiempo y nosotrxs ninguna inferencia. Pero bueno, somos los protagonistas más nefastos que pudimos elegir, porque si el hombre (genérico de hombre y mujer) por ser racional se sitúa por encima de todo lo demás y está tan fragmentado y tomas sendas decisiones como el aniquilamiento y la autodestrucción de la vida, yo propongo que reescribamos el guion y que elijamos otros protagonistas, ni el hombre, ni dios, ni la razón. ¿Vos que protagonista propondrías para este guión?




   

No hay comentarios:

Publicar un comentario