jueves, 27 de octubre de 2016

"Politikitsch" por E-Eme Cárdenas

"Kitsch es, a diferencia de arte, un objeto utilitario que carece de toda distancia crítica entre objeto y observador; que 'ofrece gratificación emocional instantánea y sin esfuerzo intelectual, sin el requisito de la distancia, sin la sublimación'" Walter Benjamin

Según el servicio electoral, las elecciones municipales realizadas en Chile el 23 de Octubre pasado, se desarrollaron con un 65% de abstención de los votantes. En Chile el voto es voluntario.
Críticas y risas por doquier, porque en Conchalí René de la Vega, quien se hiciera conocido a mediados de los años 2000 por ser un cantante con un estilo bastante especial -vintage quizás-; memes y críticas porque la antigua modelo de tv Cathy Barriga, es alcalde electa en Maipú. No puedo dejar de mencionar a Evelyn Matthei, quien es los ochenta aparecía como la hija pianista del General de la FACH Fernando Matthei, durante la dictadura de Augusto Pinochet; convirtiéndose en una personaje luego que en la transición aparecieran los partidos políticos. Matthei, a participar en política, hasta volverse también en una personaje desmesurada. ¿Por qué la política en Chile no puede ser kitsch?
Desde mi punto de vista como mujer viendo a estas mujeres, puedo decir sin duda que Matthei y Barriga, parecen representar modelos de mujeres en extremos opuestos, anticuados, convencionales, clichés, e incluso parecieran ser caricaturas, pero fuera de esos distractores -por decirlo de alguna manera- ellas pertenecen a la derecha chilena. Esa derecha conservadora.
Los medios y las redes sociales se saturaron de bromas, después de sus triunfos, bromas un poco tontas sobre como Barriga convertiría los barrios en barrios pintados de rosado, debido a su pasado de modelo de tv; no se salvaba ni siquiera el Templo votivo de Maipú. Se habló incluso de talleres para enseñar a ser princesas a las niñas... No dejo de notar lo exacerbado y extremo de algunos memes, encasillando a la mujer en ciertos roles, haciendo parecer que ni Matthei ni Barriga podrían ser capaces de hacer un trabajo como Alcaldes. Y sí, ellas representan un color político al que no adhiero, pero igualmente sospecho que se movió como nunca una maquinaria de desacreditación de lo femenino.
Sabemos que tienen un pasado, sabemos que tienen un cartel o una imagen difícil de arrancar, como lo es en la internet la información que afecta a personas por años, información que es desinformación pero que nadie elimina y que se está discutiendo qué hacer respecto a eso en foros y acuerdos internacionales... Pero vuelvo a esa sensación mía: por qué no habría yo de sospechar de esto como una desacreditación de los nuevos rostros en política? Digo "nuevos rostros" porque a simple vista son profanos (Barriga y De la Vega). Salieron de la tele a la
campaña política, diría alguien. ¿Pero quienes quieren que yo piense que están fuera de lugar? ¿Por qué están fuera de lugar? Es acaso Evelyn Matthei, solo por pertenecer a una familia que trabaja en la política, un personaje con más legitimidad que De la Vega o Barriga? La respuesta es No rotundo.
No tengo que mencionar todos los sumarios, juicios, investigaciones abiertas a los "tradicionales" actores de la política chilena, quienes ni siquiera son lo que fueron sus antepasados de quien "heredaron" esos intereses. Esos antepasados llenos de moral y preocupación por Chile y su gente. ¿Qué pensarían estos antepasados de alcurnia si se enteraran para quienes trabajan sus descendientes hoy?
Decía yo que se moviliza esta desacreditación, se instaura el engaño de que los "aparecidos" no son legítimos solo porque provienen de la farándula. Pienso por un momento, si la política necesita renovarse en personajes, es una regla que los nuevos representantes de la nueva política emerjan de los lugares más inesperados. Habría que permitirle saber a la ciudadanía qué es lo nuevo que queremos permitiendo a su vez que estos nuevos representantes hagan o demuestren que hacen el trabajo como se espera.
Quizás la tele no es un lugar tan fácil como parece, quizás se han curtido una piel más dura para poder mantenerse en esta carrera política. Pienso en la carrera de la Luli Love -por ejemplo- de quien hablo en Alicia en llamas (2015, por La Joyita Cartonera). Luli se ha sacado la mugre, y así creo que lo hacen estos neo políticos kitsch. Kitsch y a mucha honra. Nada de andar negando el origen, el duro transcurso de la crisálida hasta mariposa. Dejaron la tv para hacer su puerta a puerta, y permitirse utilizar la fama para ganar un puesto político (que también es cierto trae los beneficios económicos).
Se arriesgaron a hacer un puerta a puerta y llevan años en eso. Mientras, la insatisfacción de los chilenos por los políticos, los hace salir a la calle para marchar con "Ni una menos" o "No más AFP". Al menos puedo decir que estos personajes kitsch oyeron algo que la "tradición política" no oye. Dos años de campañas casi para que recién se pronuncien la Presidente Bachelet, o para que Lagos -quien dijo que no entraría en política pero que finalmente volvió- para decir que había que escuchar la voz del pueblo, después de este abrumador porcentaje de abstención. Aún cuando las señales eran dadas anticipadamente, según las últimas encuestas en que se muestran escandalosos niveles de desaprobación ¿Cómo no escuchas?
¿Acaso piensan que salir a la calle, hacerse dueños de la calle es un poder que Chile ha perdido? Y claro, lo hemos perdido por el efecto de una dictadura, pero lentamente, mientras Chile recupera su voz, la calle vuelve a ser nuestra, y desde el espacio público de la calle reaparecen los fenómenos sociales que nos hacen más consciente de nuestros dramas: la violencia instaurada y normalizada, la centralización, la corrupción. Dejen que vengan los kitsch a mostrarnos qué cosas necesitamos y que no, en un Chile que se enfrenta a los dinamismos de género, al desarrollo de nuevos intereses, a la gesta de organismos no gubernamentales que están llenando los espacios que ahora se encuentran desiertos. FIN



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