Amanece.
Se abre el poema.
(La Ciudad, Gonzalo Millán)
Se abre el poema.
(La Ciudad, Gonzalo Millán)
Hay un paro.
La basura se acumula.
Abres la boca y huele
a peligro.
Igual te beso porque
es venganza.
Le tengo miedo a tu
lado oscuro.
La basura se acumula.
En mi cama.
Los restos de amantes
y traiciones.
Es un vertedero.
No pasa la basura.
Está en paro.
El guatón flojo no
atiende.
Se lima las uñas.
El que viene, viene.
No hay Licencia.
No haces nada.
Y el jefe te quiere
ahí.
Ahí.
Calentando el asiento.
Hay paro.
No late la cosa.
El reajuste da risa.
Da risa la negativa.
Hay gente atorada
afuera.
Ellos no ríen.
Los carnés están
vencidos.
La identidad vencida.
La memoria también.
Se venció el pan.
Se venció la fruta.
Se venció la moral de
algunos.
Venció el cheque.
La billetera.
El billete no vale lo
que antes.
La gente no vale.
La valentía no vale.
Solo el tiempo.
El tiempo es oro.
Esto huele mal.
Huele a peligro.
Se vence mi paciencia
dentro de poco.
Hay paro.
Los muertos hacen
turnos éticos.
En los cementerios.
La basura no pasa.
La calle huele mal.
Huelen mal los business.
Venció tu candidato.
Los presidenciables
están por vencer.
Un día más y son zombies.
Lucen pálidos.
Lucen ojerosos.
Dan ganas de huir.
Camino casual.
Deliberadamente.
No hay plan.
Se derrumba algo.
Tiembla la ciudad.
Reconozco sus grietas.
Algunos lugares
vencieron.
Las estatuas vencieron
hace rato.
Y ahí están como
tunas.
Todavía.
Hay paro.
Marchamos lento.
Tránsito lento en La
Ciudad.
Le ponen color los
peruanos.
Le ponen color los
colombianos.
Los haitianos también.
Ciudad viva,
movimiento.
Marchamos.
Nos marchamos a veces.
Quiero marcharme.
Pienso en otras
ciudades.
El aire está viciado.
Basta subir al cerro.
Basta de llenar el
vacío.
Basta de violencia.
Rehago la basta del
vestido.
Me subo la falda.
Doy saltos en la
basura imaginaria.
La calle huele.
Huele a peligro la
calle.
El parque huele.
Pasto cortado.
Plátanos orientales.
Tu olor lo llevo
conmigo.
¿Dónde se fueron los
rugidos nocturnos?
Hay paro.
Vencido está el plazo.
Vencieron los
políticos en sus asientos.
Reclamo.
Golpeo la mesa.
Digito los números.
Alguien responde.
Me ofrecen grabarlo
todo.
Me niego.
Levanto la voz.
Pido hablar con el
encargado.
No hay encargados.
Hay un paro.
El call center tiene reglas.
Yo no aplico a la
regla.
Ando con la regla.
Nadie me escucha.
Repiten su speech.
Les cuelgo el
teléfono.
Tiro la toalla.
Tiro migajas al suelo.
No hay palomas.
Están comiendo unas
migajas las gaviotas.
Más allá la vieja pide
billetes.
Las monedas no sirven.
Las monedas lavan la
ropa.
Descontinuaron el
peso.
El peso del peso no
vale.
El billete de
quinientos pasó de moda.
Todo está a luca o a
mil.
A luca y a mil.
Los espacios públicos
valen más que los ciudadanos.
A nadie le importa lo
minimalista.
Sacaron las bancas
para poner un maniquí.
La nueva estatua de
chile.
Chile con ché.
Hay paro.
Paro yo en un
semáforo.
Veo pasar la gente
como si nadie.
Como si nada.
Soy una familia
unipersonal.
Todavía no vence la
parada.
No vence mi plazo.
A pesar que lo debaten
en el congreso.
Hablan de mi cuerpo.
Como si el cuerpo fuera
su territorio.
Mi cuerpo es mi
territorio.
Y el de la farmacia me
niega la pastilla.
Se cree mi dueño.
Se cree mi patria.
Y aquí la única
bandera al viento soy yo.
Se cree mi conciencia.
Me trata de promiscua.
Me da su discurso
gratuito.
Me pide la orden
médica.
Le digo que no tengo.
Me manda a freír monos
al África.
Vuelva más tarde.
Con la orden.
El hombre se siente
poderoso.
Me echa y me sermonea.
Porque mi cuerpo no es
mío.
Sociedad de consumo.
Es un bien del
gobierno.
De los medios.
Mis derechos nacieron
vencidos.
Me pide el rut.
Me registra en su
sistema.
Me deja marcada.
Me pide mi nombre.
Mi dirección.
Mi puto silencio me
pide.
Hay paro.
Hay bocinas y gritos.
Hay amantes que
susurran.
Y yo me siento viva.
El odio y el amor son
lo mismo.
Yo no soy la misma.
Me tomé la pastilla.
Me da miedo mi sombra.
Mi huella de carbono.
Reciclo mi basura.
Reutilizo mi sangre.
Reutilizo el cartón.
Recircula, se limpia.
Pienso lo que digo.
Hay paro.
Se me pudrieron los
limones.
Venció el agua en la
copa.
Las plantas crecen.
Les hago cariño.
Todavía florece el
cardenal.
Santísima.
Iglesia.
Católica.
Dicen que triunfa
Trump.
Dicen que triunfa
Clinton.
Vencerán otros.
Vence la comida en los
estantes.
Los reponedores botan
lo vencido.
La gente no vota.
Anula con el cuerpo.
Abstención.
Hay un paro.
No abre la biblioteca.
La plaza italia está
abierta.
Siempre.
Pero está cercada.
Alguien venció a
alguien.
Y ahí están los
hinchas.
Vencieron los del
equipo azul.
Vencen los del equipo
negro.
Vence cualquiera a
estas alturas.
La paz no se hizo.
Venció otra cosa,
Colombia.
Se deshacen los
tratados.
Y los caminos al Mar.
Se deshacen las mesas.
Se rehacen las mesas.
Comienza la campaña.
Las momias se
levantan.
Se sacan las vendas.
Se estiran la cara.
Y gritan ¡Venceremos!
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